Más de una vez escuchaste que en la vida lo único permanente es el cambio. Todo el tiempo eres testigo de cambios que se producen a tu alrededor.
Y, sin embargo, a veces deseas modificar algún aspecto de tu modo de pensar o te gustaría experimentar emociones distintas frente a tus circunstancias y no lo consigues.
Tal vez estás ahora mismo deseando dejar atrás un hábito negativo, pero parece que no logras dar ese primer paso necesario. ¿Piensas que esta situación es producto de la falta de voluntad o la pereza? ¿O no lo intentasporque supones que no vas a lograrlo?
Puede ocurrir que luchar contra un mal hábito no sea suficiente.
Cuando tratas de dejar ese comportamiento que te resulta nocivo o inconveniente, puedes encontrarte con la perspectiva de un vacío, ya que no hay que olvidar la gratificación que -de alguna manera- te produce. Puede ser que esa forma de conducirte corresponda a otra etapa de tu vida y sea en cierto modo "confortable" para ti, aunque ya no de resultado.
Así que es necesario contar con una estrategia que incluya la construcción de un hábito positivo que tenga sentido en tu presente, y que traiga consigo la expectativa de una recompensa.
Aunque no existe una receta mágica, es importante contar con un plan:
Reconocer esa costumbre que quieres abandonar.
Elegir el hábito saludable que va a reemplazar al viejo hábito.
Estar dipuesto a tropezar y volver a comenzar.
Entrenar. Entrenar. Entrenar.
Al resolver y llevar a cabo algunos cambios (por pequeños que sean), podrás percibir la fortaleza de tu determinación y tu compromiso y así aumentará tu motivación y tu perseverancia.
Y lo más importante: date tiempo y disfruta del proceso.
Recuerda un momento de tu vida en el que tuviste miedo de hacer un cambio. ¿Lo lograste, eventualmente? ¿Cómo experimentaste el resultado? ¿Fue tan bueno como imaginabas? ¿Valió la pena?
Me gustaría leer tus comentarios.
Abrazo,