Los seres humanos nos sentimos seguros y tranquilos cuando creemos que tenemos todo bajo control. Sin embargo, nuestro deseo puede convertirse en una obsesión, en un foco de ansiedad que provoca justamente el efecto contrario al que buscamos. Más aún si consideramos que el mundo que nos rodea experimenta una constante evolución, sumada a la incertidumbre de las circunstancias novedosas que hoy nos toca atravesar.
¿Y tú? ¿Qué tal? ¿Experimentas la necesidad de tenerlo todo controlado? ¿Te gusta pensar que sabes qué vas a hacer en cada momento y cómo lo vas a hacer?
Bueno, tal vez la vida ya te lo mostró: el control es ilusorio, no es real.
Tu vida puede cambiar de un minuto a otro. A veces los cambios son leves, pero en ocasiones son drásticos y modifican tu presente y tus perspectivas de futuro. Son esos momentos, en los que tus personas amadas, tu salud o tu trabajo se ven afectados por un imprevisto.
En esas situaciones el control no es tu aliado, incluso puede ser un escollo ante la necesidad de cambiar rápidamente de planes, reasignar recursos, encontrar soluciones para problemas que nunca habías tenido que gestionar, o que nunca imaginaste.
Existe, sin embargo, una herramienta que te da el poder de adaptarte a nuevas circunstancias, que te ayuda a fluir en medio de un nuevo estado de cosas en los que ya no tienes el control.
Esa herramienta es la flexibilidad.
La flexibilidad te da la posibilidad de adaptarte, superando hábitos y creencias adquiridos a lo largo de tu vida. Te permite solucionar problemas, imaginar alternativas, pero además te aporta una confianza que reduce tu estrés y tu angustia.
Si tomas la decisión de contar con el recurso de la flexibilidad, en lugar de preferir la idea del control, vas a estar eligiendo vivir el momento presente (en lugar de planificar y anticipar un futuro más o menos probable). En consecuencia, vas a estar eligiendo la serenidad de fluir con la vida y sus cambios inevitables por encima de la tensión que supone el estar pendiente de detalles que muchas veces no puedes gobernar.
En los encuentros de Bienestar Emocional que facilito solemos intercambiar impresiones y reflexiones sobre este tema, me encantaría leer las tuyas en los comentarios.
¿Cuál es el efecto que produce tu búsqueda del control en tu vida y en tu percepción de felicidad?
Abrazo,
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