Tenemos el privilegio de vivir en un período histórico en el que los adelantos científicos y tecnológicos mejoran nuestra calidad de vida.
Y no sólo eso, sino que también existen numerosas disciplinas que nos consideran (a ti, a mí y a todos los seres humanos) en toda nuestra complejidad, desde múltiples perspectivas y con diversas miradas.
Los talleres de memoria o de estimulación cognitiva, junto con otras herramientas, se ocupan del aprendizaje en la vejez y de ejercitar las funciones cognitivas y emocionales promoviendo -a su vez- la reflexión de las personas participantes.
De este modo, es la persona que envejece la que puede desarrollar conocimiento acerca de los procesos involucrados (incluso cuando ciertas habilidades declinan o se deterioran). Este conocimiento permite optimizar ciertas capacidades y compensar otras.
El 2020 estará marcado en la historia como el año que vivimos en pandemia. ¿Qué recuerdos estás construyendo? ¿Qué prevalece en tu ánimo, durante este presente imprevisto y desafiante?
¿Te enfrentaste al encierro, a la modificación de tus rutinas, a la incertidumbre y el temor frente a lo desconocido? ¿Tuviste que aprender a utilizar recursos tecnológicos o aprovechaste aprendizajes previos?
Quizás tú, tu familia, tus amistades, hayan atravesado diferentes etapas con altibajos de mucha energía y actividad, alternados con días marcados por la frustración y la tristeza. ¿Has llegado a la aceptación de los cambios? ¿Abrigas la esperanza de que lo que vendrá será para bien?
La resiliencia es lo que caracteriza a las personas que salen fortalecidas ante una situación de crisis con riesgo de pérdida. ¿Qué estrategias pusiste en práctica para fortalecerte, cuidarte y cuidar de las personas que amas?
Muchas personas me manifiestan que la tecnología fue un gran aliado para mitigar los efectos del aislamiento. Mucha gente recurrió a las videollamadas antes que a los mensajes de audio o de texto. Otros continuaron con sus actividades de Entrenamiento Cognitivo en forma remota o -finalmente- encontraron el tiempo disponible para incursionar en alguna materia pendiente.
Me gustaría leer tus experiencias en los comentarios.
Un abrazo,
No es fácil la situación que nos está tocando vivir y más aún cuando han avanzado los años, porque el tiempo es vida y este tiempo de buena vida tiene poco. El confinamiento impuesto es desgastante y la libertad peligrosa. En estos 120 días de restricciones impuestas, muy cuestionables, he pasado por estadios ambivalentes: dormir mucho, o casi nada, desarrollar muchas actividades para no pensar o llegar a no hacer nada. Y así podría enumerar un montón de otras cosas parecidas. Es como si fuera una gran ola que te da un revolcón pero luego te devuelve a la orilla y de ese revolcón se sacan fuerzas para seguir adelante