La tecnología nos hace más fáciles las tareas cotidianas, aunque también promueve que algunos hábitos caigan en desuso. Es el caso de la escritura a mano.
¿Tú escribes mucho? ¿Utilizas tus dispositivos electrónicos (teléfono celular, tablet o laptop)?
Muchas personas me cuentan que prácticamente no escriben a mano, e incluso tienen dificultades cuando tienen que tomar lápiz y papel, porque ya no tienen una letra legible, o han olvidado algunos trazos.
La escritura manuscrita activa tres áreas cerebrales:
Área motora: al ejecutar la grafía establecemos una conexión inmediata entre el cerebro y la mano, coordinando el dictado del cerebro con la actividad grafo-motriz.
Área visual: vemos lo que estamos escribiendo. El ojo sigue el trazo de la grafía que la mano ejecuta.
Área racional y lógica: entendemos lo que queremos expresar en nuestro escrito, asociando y vinculando, a la vez, unas ideas con otras en un ejercicio de absoluta continuidad.
Por otro lado, la escritura a mano aporta otros beneficios:
Mejora tu capacidad de aprendizaje y tu memoria.
Aumenta tu comprensión lectora y tu capacidad de síntesis.
Evitas las faltas de ortografía.
Promueve tu creatividad y pensamiento crítico.
Optimiza tu capacidad de resolver problemas.
Estimula tu capacidad expresiva, imaginación y creatividad.
Te ayuda a combatir y prevenir el deterioro cognitivo.
Colabora con la reducción de tu estrés y tu ansiedad.
Aumenta tu concentración.
Los expertos defienden la escritura a mano, porque:
Activa más áreas cerebrales.
Provoca aprendizajes más profundos y duraderos.
Facilita el reconocimiento de las letras y de las palabras y ayuda a un mejor aprendizaje de la lectura.
¿Qué opinas tú a este respecto?
¿Has tenido oportunidad de reflexionar sobre este tema?
¿Ejercitas frecuentemente la escritura a mano?
¿Promueves este hábito en tu entorno?
Me gustaría leer tus comentarios.
Abrazo,