Tu estilo de vida puede provocarte desgaste físico, cognitivo y emocional, con su ritmo frenético y estresante.
La buena noticia es que -con la misma lógica- puedes cambiar tus hábitos y costumbres para preservar la neuroplasticidad y la regeneración neuronal: dos cualidades fundamentales de tu cerebro.
Múltiples estudios y documentos de divulgación científica coinciden en recalcar los siguientes consejos:
Bebe agua
Bebe un vaso de agua en cuanto te levantes, de esa manera lo primero que reciben las células de tu cerebro es hidratación (primordial para mantener la agilidad mental).
Manteniendo tu hidratación durante todo el día conservas tu mejor nivel de atención, memoria de trabajo y concentración.
El agua equilibra los procesos químicos que se desarrollan en tu cerebro, lo que regula el estrés y calma la ansiedad.
Descansa adecuadamente
Cuando tu cerebro está descansado, tu imaginación es más poderosa y tu creatividad aumenta.
Si duermes lo suficiente, tus conexiones neuronales se fortalecen. De esta manera tus recuerdos y destrezas se optimizan. Tu memoria mejora.
El descanso relaja tu cuerpo, y reduce tu percepción de tristezas y problemas.
Haz ejercicio
Practica ejercicio físico -aeróbico, sobre todo- y sentirás bienestar y relajación, además de percibir una autoimagen positiva y una mejora en tu calidad de vida.
Cuando practicas algún tipo de actividad física estás favoreciendo la conservación y la mejora de algunas de tus habilidades cognitivas (memoria reciente, atención, control inhibitorio, por ejemplo).
El deporte contribuye a tu autodisciplina, autoconocimiento, perseverancia y tolerancia a la frustración.
Lee
La lectura mejora tu capacidad de abstracción, tu imaginación y tu memoria. Se desarrolla además tu capacidad de comprensión, ejercitas tu cerebro y te diriges a tu vejez en mejores condiciones intelectuales.
Al leer, liberas tensiones, relativizas problemas, se abren puertas a nuevos escenarios, vives otras vidas y aprendes cosas nuevas.
Las emociones que despierta la lectura favorecen el aprendizaje y la memoria. Sientes motivación, no sólo para seguir leyendo sino también para profundizar en tu conocimiento y en el alcance de tus metas.
El agua, el descanso, el ejercicio físico y la lectura son tus aliados. Y no hay que olvidar que cuando experimentas emociones positivas tales como la gratitud, el perdón, la alegría y la esperanza le sumas salud a tu cerebro y bienestar a tu vida y tu entorno.
¿Cuáles son tus aliados? ¿Cuáles son esos hábitos saludables que has aprendido a cultivar? ¡Espero tus comentarios!
Abrazo,
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